"Culture is not just to consume, but we all have the possibility to create it".

Ministerio de Cultura y Juventud ,
14 March 2012, Costa Rica

San José, 14 de marzo de 2012. Como parte de las consultas y conversatorios para el desarrollo de la Política Nacional de Cultura y la Ley General de Cultura en la que trabaja actualmente el Ministerio de Cultura y Juventud, esta semana se cuenta con la presencia del representante de la Comisión Nacional Puntos de Cultura de Brasil.

La visita de Santini permitirá intercambiar ideas y experiencias entre Brasil y Costa Rica, dos países con realidades diferentes que comparten intereses similares en el desarrollo de políticas culturales.

La Oficina de Prensa del Ministerio de Cultura y Juventud tuvo la oportunidad de conversar con Santini, quien aportó sus consideraciones respecto al programa de descentralización cultural del Gobierno de Luiz Inácio “Lula” Da Silva, anterior Presidente de Brasil, el cual se denominó como Puntos de Cultura, y que impulsó el desarrollo cultural comunitario del país. Este es un extracto de la entrevista:

¿Cuál ha sido la experiencia de Brasil con la implementación de los Puntos de Cultura y qué podría rescatar Costa Rica para el desarrollo de su propia Política de Cultura? Para nosotros en Brasil la experiencia es muy importante desde el punto de Cultura, porque ha generado movimientos de iniciativa similares en otros países de Latinoamérica, es decir, que estar hoy aquí también es reconocer que de hecho estamos logrando un éxito, no solo de implementar el desarrollo cultural comunitario en Brasil, sino también al proponer acciones que puedan reflejarse en otros países.

La experiencia de Puntos de Cultura se desarrolló entre 2004 y 2005, en el Gobierno de “Lula” Da Silva, en el que se puso mucho énfasis en acciones, como las que construye Costa Rica, al colocar la Cultura como un derecho, y desarrollar las distintas dimensiones de la Cultura, como ética, estética, economía, comportamiento y visión de que todo el pueblo hace Cultura. La Cultura no es solamente para consumirla, sino que todos tienen la posibilidad de hacerla, de hecho, todos lo hacemos.

El Proyecto Puntos de Cultura parte de este reconocimiento, a través de una llamada pública que se hizo para organizaciones que ya tenían su trabajo cultural, que lo hacían y que además, con el Punto de Cultura tuvieron un aporte. Además, con la integración en red de estas acciones, se logró apoyar lo que hace la organización desde su territorio, desde su comunidad, y a su vez, ponerla en contacto con otras organizaciones para hacer más grande esa red.

Lo que genera la potencia de los Puntos de Cultura es el hecho de que las organizaciones empiezan a encontrarse y reconocerse como parte de una misma red, a complementarse en sus distintos modos. Una parte de esa red realiza acciones que la otra  no, y empiezan a intercambiar conocimientos y experiencias. Además, es importante el aporte de la cultura tradicional, la cultura del pueblo, a las nuevas tecnologías.


¿Se podría decir, entonces, que tanto Brasil como Costa Rica trabajan actualmente en la creación de una Ley General de Cultura? En los últimos 8 años de Gobierno en Brasil, “Lula” trajo cambios importantes en políticas gubernamentales de Cultura, en los que hubo mecanismos de participación, conferencias nacionales de Cultura, congresos entre otras acciones, donde se involucró toda la gente: al gobierno y a la sociedad civil.

Sin embargo, a nivel del Congreso Nacional el tema no fue tan prioritario para la política en general, para los políticos que no comprenden la centralidad de la cultura, entonces existe un conjunto de  proposiciones, leyes y proyectos, que están en trámite en el congreso y todavía no están aprobados. De aprobarse el tema, se garantizaría la continuidad y  efectividad de la permanencia de las Políticas Culturales.

En ese caso, ¿Brasil y Costa Rica actualmente comparten experiencias para la construcción de sus respectivas leyes de cultura? Sí claro, claro. Este proceso  de integración continúa en desarrollo. Mi presencia aquí forma parte de la iniciativa de la organización costarricense y de otros países de Latinoamérica. El proyecto busca la sistematización de lo que existe en redes culturales en Latinoamérica, con incidencias en Políticas Públicas, para crear un observatorio común de lo que se genera en el ámbito cultural. El intercambio de experiencias es fundamental y es lo que hacemos aquí hoy.

Actualmente yo no trabajo para el Gobierno, sino que vengo en representación de la sociedad civil, y este intercambio de experiencias busca elaborar un proceso  de integración en el ámbito de Políticas Culturales.

“Definitivamente existen cuestiones comunes entre Costa Rica y Brasil. Tenemos diferencias geográficas y culturales, pero el proceso de construcción de una autonomía, de la mano de una política para el desarrollo de la democracia y la participación ciudadana de nuestros países, es clave. La Política de Cultura se debe poner como un aspecto fundamental en las Políticas Públicas del Gobierno y su legislación”.

¿Cómo puede Costa Rica aprovechar la experiencia de Brasil en el desarrollo de la Política Nacional de Cultura y la Ley General de Cultura? El movimiento cultural en Costa Rica y la vida comunitaria, hablando específicamente de Puntos de Cultura, se hace a partir de la movilización social, por medio de la demanda de acciones al Estado, lo cual es muy importante porque se genera un proceso sostenible y permanente; la gente forma parte del proceso de creación de la política.

Por su parte Brasil estuvo muy interesado en el desarrollo de Puntos de Cultura, pero fue una política que salió del Estado hacia la  sociedad, a diferencia de Costa Rica, donde la Política de Cultura Comunitaria es un planteamiento que se desarrolla desde la sociedad y hacia el Estado.

Costa Rica se enfoca en la Ley General de Cultura porque esta crea mecanismos permanentes para proyectos de Gobierno, que se convierten en Proyectos de Estado permanentes, lo que garantiza  su continuidad aunque haya cambios de Gobierno.

En la democracia es natural que haya cambios de Gobierno, pero si se consigue alcanzar legislaciones que garanticen la permanencia de los derechos culturales, se plantea la Ley.

En Brasil todavía no llegamos a aprobar un Proyecto de Ley; no existe una Ley General o un conjunto de propuestas para la legislación que garanticen la permanencia de Políticas de programas. Sin la aprobación de la Ley de Cultura, tampoco se cuenta con la Ley General de Fondos o la Ley de Cultura Viva; es decir, existe un conjunto de Proyectos de Ley que todavía no han logrado aprobarse.

Con base en esto, creo que la apuesta del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica, a partir de una formulación de una Ley, junto a un plan con la sociedad, es fundamental. Creo que así avanzan a pasos seguros.

¿Cómo se puede transmitir a la comunidad la importancia de contar con una Política Nacional de Cultura y una Ley General de Cultura? Es importante acercar a la gente a este proceso, que todas las personas, no solo los escultores o productores de cultura, artistas o gestores, se sientan parte de él. Creo que el desafío es integrar a Consejos de Cultura, departamentos en los municipios, e involucrar a la gente que no necesariamente es productor de cultura, para crear una comprensión en las comunidades, y que todos, de una manera u otra se relacionan con la  acción cultural; tal como lo hacen con temas de salud, educación entre otros.

Todas las personas son agentes culturales, producen cultura y tienen derecho a participar en un proceso de creación de leyes e instrumentos culturales, que son un tema, no solo para quienes hacen cultura, desde un punto de vista artístico, sino que la cultura es vida, como dicen aquí es “Pura Vida”.

¿Cómo traducir la iniciativa del desarrollo de la Ley y la Política al ámbito económico en las comunidades? Sería importante que en la ley se fijaran presupuestos claros para la cultura, en los que se indique cuánto se va a invertir en la cultura, desde el Presupuesto Nacional. Esto crea bases transparentes, es decir, la población sabe lo que hay disponible para la Cultura; además, crear mecanismos transparentes para compartir estos fondos en la sociedad, con lo que se democratiza el acceso de todos a este fondo. La idea es crear mecanismos para que las organizaciones, incluso las más pequeñas, que tienen menos estructura formal, jurídica u organizacional, puedan acceder también a estos recursos.

http://politica.cultura.cr/2012/03/409/