El subsidio público de espectáculos culturales y la construcción de públicos

Arturo Navarro,
14 April 2008, Chile

A la columna “La misión que nos deja Morricone”, de Arturo Navarro, sobre la necesidad de cambiar la Ley de Donaciones de Chile para que incluya el principio de financiamiento cultural mixto (público y privado), responde Jorge Orlando Melo, ex director de la Biblioteca Luís Ángel Arango del Banco de la República de Colombia, con una alternativa que surge de su experiencia en el contexto colombiano, en un artículo titulado “Gratuidad Cultural en Colombia”

La Ley de Donaciones Culturales de Chile, creada en 1990, exime a una empresa que financie un espectáculo artístico de pagar el 50% de sus impuestos, si las entradas al mismo son gratuitas. Este mecanismo, sin embargo, no permite distinguir a quienes asisten al evento porque cumple con sus expectativas y gustos artísticos de quienes simplemente aprovechan la gratuidad. Sin dejar de reconocer la importancia de la inversión de grandes empresas en la realización de eventos culturales para la construcción de públicos, Navarro considera necesario que este público que se ha venido construyendo gracias a las políticas culturales de los sucesivos gobiernos de la Concertación, también se convierta en financiador de los espectáculos culturales.

Es así como Navarro llega a la siguiente propuesta:

“La Ley, a contar de esta experiencia reciente, debiera reconocer la posibilidad de que parte de la invitaciones a eventos que ella aprueba sean financiados por el propio público, conservando desde luego otra parte que sea gratuita orientada justamente a aquellos que no puedan pagar y que están dispuestos a hacer un gesto como ir a retirar las invitaciones a un espacio cultural reconocido. De este modo, los estímulos tributarios a las empresas, irán a formar nuevas audiencias que más tarde seguirán ocupando pantallas y fotografías de diarios porque la noticia será que nuevos públicos se agregan al disfrute cultural de un país que ha demostrado que se merece tener altos índices de consumo no sólo en los supermercados”.

La Segunda, un importante diario chileno, acogió en la edición del 8 de abril pasado el debate que Navarro propone, al plantear la necesidad de discutir eventuales cambios a la actual legislación.

En respuesta al debate planteado y desde el contexto del caso colombiano, Jorge Orlando Melo propone la siguiente solución:

“La propuesta mía, que tampoco resuelve todos los problemas, es que los subsidios a exposiciones y conciertos se conviertan en boletas reales, que se entreguen a los sistemas educativos o se vendan a ciertas categorías –estudiantes, receptores de subsidios sociales, jubilados, etc.– transfiriéndoles la mayor parte del subsidio. Así, los subsidios se dirigirían fundamentalmente a los niños y jóvenes, y secundariamente a los pobres. La razón de dar el subsidio a jóvenes sería usar los recursos estatales para formar y crear público, que eventualmente se aficione y pague, con base en el supuesto de que el consumo cultural requiere hábito y entrenamiento”.

Para leer ambas columnas en su integridad, puede visitar: http://www.arturo-navarro.blogspot.com 

 

http://www.ifacca.org/international_news/2008/04/14/el-subsidio-publico-de-espectaculos-culturales-y-l/

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