A continuación, algunos apartes de la introducción del documento La diplomacia cultural en Iberoamérica: los trazos de una agenda, presentado por la SEGIB a finales de octubre de 2012 como resultado de la realización de dos encuentros iberoamericanos, uno de directores de asuntos culturales de ministerios de relaciones exteriores, realizado en marzo de 2011, y el segundo, de directores de relaciones internacionales de ministerios de cultura, realizado en mayo de 2012.
Probablemente no ha existido un esfuerzo tan consistente y continuado en la reflexión sobre la Diplomacia Cultural Iberoamericana en años recientes, como el que ha realizado la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), con el apoyo de la OEI, la AECID y entidades como el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, la UNESCO y CONACULTA de México, además de las Cancillerías y Ministerios de Cultura de la región.
La diplomacia cultural se hace mucho más que se piensa. Existen, es verdad, importantes iniciativas de investigación sobre la diplomacia cultural, aunque aún son pocas y están relativamente aisladas. Sin embargo, los cambios intensos que están viviendo tanto el pensamiento como las prácticas culturales, están redefiniendo el sentido de la diplomacia cultural en el mundo. Esta redefinición es aún mas profunda si se analizan –como se hará a continuación- los nuevos papeles y exigencias para la cultura en un contexto internacional cambiante. En dicho contexto, la cultura además es una de las protagonistas.
No se podría hablar de globalización sin la mundialización de la cultura, ni de nuevas
economías sin los avances de las industrias culturales, ni de ciudadanías y derechos
humanos sin el perfil de los derechos culturales. Algunos de los grandes problemas
mundiales tienen sus raíces en fenómenos culturales y las diásporas de los empobrecidos hacia las sociedades ricas configuran un portentoso flujo cultural.
La diplomacia cultural, que tradicionalmente ha estado centrada en la acción de los Estados, observa que hay nuevos actores en la escena que se ocupan de las relaciones culturales entre países, bloques e inclusive continentes, como las redes de creadores e investigadores, los grandes mercados culturales, las corporaciones y empresas productoras de bienes culturales, las fundaciones, universidades, centros de pensamiento y organizaciones de la sociedad civil. Todo ello está produciendo una gran conmoción en la diplomacia cultural, enfrentada a nuevos retos, exigencias y posibilidades.
La Secretaría General Iberoamericana ha asumido la tarea de generar espacios para la reflexión sobre lo que está ocurriendo en la diplomacia cultural de Iberoamérica y sobre todo, ha considerado fundamental empezar a construir una agenda de retos y
compromisos que seguramente podrán ser afrontados por varias instituciones de la región o por una alianza entre ellas. Los propios organismos iberoamericanos de la cultura tienen un campo indudable de acción.
La metodología que se adoptó para este recorrido liderado por la SEGIB fue la de
organizar varios encuentros, como se explicará a continuación. El espectro de los
participantes fue diverso y en algunos casos se trató de un primer ejercicio en años, de encuentro y de intercambio de reflexiones, realidades y experiencias. Existen cuatro relatorías entre las que se contempla también la del encuentro que organizaron el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y la oficina regional de la UNESCO en el 2007, con los encargados de cultura de las Cancillerías de los países andinos, Chile y México, dos actas aprobadas por los representantes de las unidades de Cultura de las Cancillerías iberoamericanas en Cartagena de Indias y los representantes de las oficinas de relaciones internacionales de los Ministerios de Cultura de la región en la Ciudad de México. Todo este material conforma un corpus de enorme valor, que no es una conclusión sino un camino. De ese camino, de sus grandes tendencias, preocupaciones y propuestas, deja testimonio este documento.
El resto del documento puede leerse aquí
http://segib.org/cooperacion/2012/10/conclusiones-del-encuentro-de-diplomacia-cultura/