Legislar los derechos que tienen los autores sobre sus creaciones intelectuales es una premisa en tiempos donde, a nivel mundial, están en auge los modelos comerciales y jurídicos que se basan en impedir con barreras legales y tecnológicas, la difusión de la cultura.
“Sin autores no hay obras. Siempre son el resultado de la creación intelectual de una persona natural o física, de un ser humano, que es el único que tiene espíritu, sensibilidad y talento suficiente para realizar el acto de creación. Por lo tanto, la puesta a disposición del público por cualquier vía de esas obras y por último, el acceso, no tendrían razón de ser si no se partiera del autor y de la creación de la obra intelectual”, comenta a Cubadebate la doctora en Ciencias Jurídicas, Caridad del Carmen Valdés Díaz.