In recent weeks, there has been a significant focus on cultural employment in different parts of the world. In late August in India, G20 Culture Ministers made a call to action, urging the integration of decent work goals into ongoing and future cultural policies. They call for adequate remuneration systems, comprehensive social protection, and support for transition to the formal economy where relevant. Additionally, the importance of a just transition to the digital environment is highlighted, along with the need for increased investments in skills training, technical assistance, and lifelong learning opportunities, particularly crucial for women, youth, and marginalised or vulnerable groups within the cultural and creative sectors (CCSs).
A recent report from the International Labour Organization (ILO) highlights a similar focus on improving working conditions in the CCSs in Africa. The report emphasises the need for policy interventions to ensure that freelancers, microenterprises, and informal sector workers enjoy labour and social protections comparable to those enjoyed by other workers. Additionally, it underscores the importance of implementing a comprehensive set of policies that cater to the unique needs of various actors in the sector, such as venues, small businesses, festival promoters, and studios. The report stresses the significance of cross-sectoral policymaking, noting interesting connections with transport, law enforcement, and tourism policy domains. It calls for affordable transportation, safer streets, and the development of a secure night-time economy, integrated with the hospitality and tourism sectors.
In the United States, the Arts and Cultural Production Satellite Account report earlier this year confirmed a positive trend in cultural employment. Notably, the motion pictures industry and performing arts-related industries, which were severely affected by the pandemic, experienced fast growth in terms of employment from 2020 to 2021 (although they continue to remain below pre-pandemic employment levels). According to a new report from the Inter-American Development Bank (IADB), in Latin America and the Caribbean, the CCSs not only contribute 2.2 percent to the regional GDP but also exhibit the highest growth rates when compared to any other sector in the regional economy. According to the IADB, the sector also plays a key role in promoting parity and inclusion in the workplace, since almost 50 percent of their workers are women.
In the EU, the smallest ever gender employment gap was recorded in the CCSs in 2022, with only a 1.6 percentage point difference between men and women. Latest figures from Eurostat (August 2023) reveal that cultural employment made up 3.8 percent of the total workforce in 2022, varying from 1.5 percent in Romania to 5.4 percent in the Netherlands. As a clear sign of post-pandemic recovery, cultural employment in the EU experienced a notable growth of 4.5 percent in 2022, with the most significant increases observed in Cyprus, Luxembourg, Ireland, Sweden, and the Netherlands. The percentage of self-employed workers in the sector remains high at 32 percent, a stark contrast to the 14 percent average across the entire economy. Exemplified by the recent development of its own Status of the Artist laws, working conditions in the CCSs continue to be high on the European agenda under Spain's current Presidency of the Council of the European Union.
We are also following with great interest next week’s 2023 SDG Summit taking place on 18-19 September 2023 in New York, as it will mark the beginning of a new phase of accelerated progress towards the Sustainable Development Goals with high-level political guidance on transformative and accelerated actions leading up to 2030. The Political Declaration to be adopted at the High-level Political Forum on Sustainable Development (HLPF), under the auspices of the General Assembly in September 2023 has been released that ‘affirms the role of culture as an enabler of sustainable development that provides people and communities with a strong sense of identity and social cohesion and contributes to more effective and sustainable development policies and measures at all levels.’
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El empleo en la cultura: progreso, desafíos y prioridades en alza en todo el mundo
En las últimas semanas, la atención se ha centrado en el empleo en el sector de la cultura en distintas partes del mundo. A finales de agosto, los ministros de Cultura del G-20 reunidos en la India hicieron un llamado a la acción para pedir la integración de objetivos de trabajo justo en las políticas culturales actuales y futuras. Se llama también a implantar sistemas de remuneración salarial adecuados, protecciones sociales completas, y a apoyar la regularización en la economía donde sea necesario. Asimismo, se destaca la importancia de una transición justa al entorno digital, junto con la necesidad de incrementar la inversión en el aprendizaje de habilidades, la asistencia técnica y la formación continuada, especialmente para las mujeres, jóvenes, y colectivos marginalizados o vulnerables en los sectores culturales y creativos.
Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca también la mejora de las condiciones laborales de los sectores culturales y creativos en África. El informe subraya la necesidad de intervenciones en las políticas públicas para garantizar que los/las trabajadores/as autónomos/as, microempresas y trabajadores/as del sector informal puedan disfrutar de protecciones sociales y laborales comparables a las de otros/as trabajadores/as. Además, subraya la importancia de poner en marcha un extenso conjunto de políticas que se ajusten a las necesidades específicas de distintos agentes del sector, como los espacios culturales, las pequeñas empresas, las promotoras de festivales y los estudios de grabación. El informe destaca la relevancia de las políticas transversales y muestra nexos interesantes con el transporte, las fuerzas del orden y la política turística, como un transporte asequible, calles más seguras y el desarrollo de una economía de la noche segura e integrada con los sectores turístico y de la restauración.
En los Estados Unidos, el informe de la Cuenta Satélite de la Producción Artística y Cultural publicado este año confirmaba una tendencia positiva en el empleo cultural. En particular, las industrias relacionadas con el cine y las artes escénicas, gravemente afectadas por la pandemia, experimentaron un rápido crecimiento en el empleo de 2020 a 2021, aunque continúan a niveles inferiores a los anteriores a la pandemia. Según un nuevo informe del Banco de Desarrollo Interamericano (BID), los sectores culturales y creativos en Latinoamérica y el Caribe contribuyen el 2,2% al PIB de la región y muestran ritmos de crecimiento más altos que cualquier otro sector de la economía regional. Según el BID, el sector también desempeña un papel clave en la promoción de la paridad y la inclusión en el lugar de trabajo, puesto que casi el 50% de sus trabajadores son mujer.
En la Unión Europea, en 2022 se registró la menor brecha de género de la historia en los sectores creativos y culturales, con sólo 1,6 puntos porcentuales de diferencia entre hombres y mujeres. Las últimas cifras de Eurostat (agosto de 2023) revelan que el empleo cultural sumó un 3,8% del conjunto de la población laboral europea en 2022, oscilando entre el 1,5% de Rumanía y el 5,4% de los Países Bajos. Un claro indicio de la recuperación de la pandemia es el aumento del empleo cultural en la Unión Europea, con un crecimiento del 4,5% en 2022, encabezado por Chipre, Luxemburgo, Irlanda, Suecia y los Países Bajos. El porcentaje de trabajadores/as autónomos/as en el sector continúa siendo alto, en un 32%, en claro contraste con el 14% en el conjunto de la economía. Las condiciones laborales en los sectores culturales y creativos continúan siendo un tema importante en la Unión Europea bajo la presidencia española del Consejo de la Unión, como demuestra la reciente legislación del Estatuto del Artista en España.
Asimismo, seguimos con gran interés la Cumbre 2023 sobre los ODS, que se celebrará los días 18 y 19 de septiembre de 2023 en Nueva York, ya que marcará el inicio de una nueva fase de avances hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con orientaciones políticas de alto nivel sobre acciones transformadoras y aceleradas hasta 2030. Se ha dado a conocer la Declaración Política que se adoptará en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible, bajo los auspicios de la Asamblea General en septiembre de 2023, que "afirma el papel de la cultura como facilitadora del desarrollo sostenible que proporciona a las personas y comunidades un fuerte sentido de identidad y cohesión social y contribuye a políticas y medidas de desarrollo más eficaces y sostenibles a todos los niveles".